El gas natural y su impacto ambiental

Además de ser menos contaminante, el rendimiento de esta fuente de energía es mayor que el de combustibles como el carbón o el petróleo. Con la tecnología puede ser empleado en el hogar, en el sector comercial y en el industrial. 

El gas natural se extrae directamente de la naturaleza y, sin haberse sometido a ninguna transformación química, llega a su punto de consumo. Este combustible es más limpio que el carbón y el petróleo, aunque, al igual que este último, su composición química varía dependiendo de donde se halle. El gas natural genera mínimas cantidades de azufre, mercurio y otras partículas, razón por la cual es catalogado como el combustible fósil con menor impacto ambiental. 

Con el avance tecnológico en el mundo, se ha empezado a utilizar el gas natural para diferentes propósitos. Por ejemplo, a nivel doméstico, puede ser empleado para cocinar, lavar y secar, así como para obtener calefacción o agua caliente. Por su parte, en el sector comercial, su uso se puede dar en entidades públicas, como hospitales o colegios.  

Así mismo, el gas natural puede emplearse como combustible para vehículos debido a las propiedades del metano, su componente principal. En forma de gas natural comprimido, el metano ha demostrado ser una buena opción para reemplazar los combustibles fósiles convencionales. Además, el uso del gas natural como combustible reduce la emisión de gases contaminantes, tales como monóxido de carbono, dióxido de carbono e hidrocarburos. De esa forma, contribuye a la reducción de enfermedades respiratorias y a aminorar el efecto del calentamiento global. 

 

¿El gas natural contamina menos que el gas butano? 

El gas natural es una de las opciones más consumida en los hogares por la calidad del suministro y por las aplicaciones que nos proporcionan muchas comodidades. 

Es una de las alternativas más limpias para obtener energía cuyo impacto ambiental es bastante menor si lo comparamos con el carbón o el petróleo altamente contaminantes, y cuya extracción puede ser bastante dañina para el medio ambiente. 

Pero…¿Y si comparamos el gas natural con otro tipo de suministro también muy usado como es el gas butano? ¿También es mejor en cuanto al medio ambiente? ¿Nos proporciona alguna ventaja o alguna opción sobre la otra?  

En la actualidad, el impacto medioambiental es un criterio muy importante e influye mucho a la hora de consumir un producto. 

En un principio una de las grandes diferencias que pueden ayudarnos a aclarar cuál es la energía que causa menos impacto en el medio ambiente, es la manera en la que llega a nuestros hogares y negocios. El gas natural llega a través de gasoductos y tuberías. El gas butano necesita de transporte y reparto. Y evidentemente los vehículos que se usan para hacer esta actividad (barcos y camiones) generan contaminación. 

La manera en la que el gas natural es transportado es mucho más limpia y contamina menos. Es una manera mucho más cómoda y segura de conseguir el suministro. Si en nuestra zona no existe reparto de gas butano seguramente tengamos que usar nuestro vehículo para localizar un punto de distribución.  Y de nuevo estaremos generando emisiones contaminantes.  

Por lo tanto, podemos afirmar que el gas natural si contamina menos que el gas butano. 

El gas natural es una de las fuentes de energía primaria menos contaminantes 

Apostar por el gas natural es apostar por un medio ambiente mejor, con procesos de extracción y de distribución con menor impacto medioambiental. 

Datos provenientes del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) afirman que el gasóleo emite 0,287 kgCO2/kWh. Más bajo que la electricidad y otras formas de energía. El butano genera hasta 96 kilogramos más por un consumo equivalente. 

Por ello, el gas natural se ha convertido en pieza clave para luchar contra el efecto invernadero. Es el sustituto más eficiente para la electricidad siendo la gran alternativa y consiguiendo aplicaciones hasta en los electrodomésticos (gasodomésticos) y en vehículos. Además, colabora con la reducción de emisiones en todo tipo de industrias, usado como materia prima para generar electricidad. 

También, al no necesitar ningún tipo de mantenimiento no precisa de infraestructura para ello, con lo que es otro ahorro del proceso transformador del hombre para la naturaleza.  

En definitiva, se trata de una energía que no genera casi residuos y que nos ayuda con su gran diversidad de usos a mejorar el planeta.