¿Qué es el efecto fotovoltaico?
Ya en el año 1878, gracias a Alexander Edmond Bequerel, el término efecto fotovoltaico comienza a ser escuchado y ha perdurado hasta el día de hoy. Y sí, en efecto, hablamos de la energía solar fotovoltaica, que a día de hoy es ya inmensamente conocida y que se caracteriza por transformar en energía eléctrica la energía solar proveniente de su luz y que cada vez más, se pone en práctica en España gracias a la cantidad de horas de sol con las que contamos.
¿Qué es el efecto fotovoltaico y dónde se usa?
Pues bien, se conoce comúnmente como efecto fotovoltaico al resultado de la producción de una corriente eléctrica producida por el contacto de dos piezas que no están formadas por el mismo material y que a su vez se encuentran expuestas a una radiación electromagnética, en este caso, la luz.
Y en cuanto a dónde se usa, efectivamente, se utiliza en la energía solar fotovoltaica, concretamente en las células fotovoltaicas de los paneles solares. Existen materiales como el silicio que al ser semiconductores se comportan de distinta manera frente a la electricidad. En el caso de los paneles fotovoltaicos se trata de la energía producida por el sol y su radiación.
¿Cómo se consigue el efecto fotovoltaico?
Este efecto se inicia en el momento en el que un fotón impacta con un electrón del silicio y recibe la energía con la que viajaba el fotón. El fotón no es otra cosa que una partícula de luz radiante.
Tras este proceso, s la energía que adquiere el electrón supera la fuerza de atracción del núcleo, este sale de su órbita y queda libre del átomo y puede viajar a través del material. Cuando un electrón emprende el viaje a través del material conductor, en ese átomo, deja un hueco que espera ser ocupado, y entonces se genera lo que conocemos como cargas eléctricas.
Estas cargas eléctricas, siempre y cuando se produzcan ininterrumpidamente, se pueden extraer del material y utilizar para el beneficio propio, pero para conseguirlo es vital la existencia de un campo eléctrico con polaridad persistente, ya que es el encargado de repartir los electrones en un sentido contrario al de los huecos que aparecen.