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Diferencias entre energía solar térmica y fotovoltaica

El sol es sin duda la fuente de energía más poderosa que tenemos en la tierra ya que nos proporciona distintas formas de generar energía útil para nuestro día a día siendo, además, una fuente inagotable, totalmente limpia y muy fácil de conseguir, lo que hace que cada esté en continuo crecimiento su aprovechamiento.  

Dependiendo del tipo de paneles que tengamos instalados, podremos utilizar la energía solar para transformarla en energía eléctrica o térmica.  

Energía solar fotovoltaica   

A través de los paneles solares, la energía solar es captada y transformada en energía eléctrica de corriente directa que posteriormente es enviada al inversor para ser transformada en corriente alterna, y así poder ser usada en el circuito eléctrico de nuestra vivienda o local. 

Los elementos necesarios para el funcionamiento de la instalación son los siguientes:  

  • Placas solares: están formadas por un conjunto de células solares que suelen estar hechas de silicio cristalino y que convierten la luz del sol en electricidad gracias al efecto fotoeléctrico. 
  • Inversor: es el encargado de convertir la corriente continua o directa, en corriente alterna para poder ser consumida. 
  • Contador bidireccional: contabiliza, por un lado, la cantidad de electricidad que se toma de la red, como los contadores típicos que existen en todas las viviendas, y por otro, la energía sobrante que vertemos a la red.  

Estos serían los elementos que necesitaríamos si nuestra instalación estuviera conectada a la red eléctrica, pero si hablamos de una conexión aislada de la red eléctrica, entonces intervienen otros elementos como:  

  • Baterías: es un elemento principal ya que sin una buena batería el suministro de luz se puede ver comprometido en los momentos en que los paneles no puedan producir electricidad. 
  • Controlador de carga: se trata de otro elemento imprescindible, puesto que garantiza que la batería no sufra sobrecargas y ayuda a optimizar la gestión de la energía que accede y que sale del equipo para el almacenamiento doméstico. 

 

Energía solar térmica 

Consiste en la captación de energía solar radiante para transformarla en energía térmica, que posteriormente se distribuye a través de un fluido que porta el calor. La aplicación más popular de energía solar térmica es para el calentamiento del agua o la calefacción. Una instalación solar térmica cuenta con varios subsistemas: 

  • Captación: son los colectores encargados de transformar la energía solar en térmica, y los más populares son, las placas solares térmicas. 
  • Intercambio: transfiere la energía captada por el circuito primario al secundario compuesto por el acumulador. 
  • Acumulación: es el sistema más importante del circuito secundario, ya que almacena la energía en forma de agua caliente para su posterior utilización. 
  • Apoyo: se encarga de garantizar el suministro de agua caliente sanitaria. 
  • Regulación y control: vigila el correcto funcionamiento de toda la instalación. 
  • Transporte: es el encargado de hacer posible el intercambio energético entre las tuberías, válvulas y diferentes sistemas. 

 

¿Energía solar fotovoltaica o térmica? 

La realidad es que en los últimos años, las instalaciones solares fotovoltaicas han desbancado a las térmicas como opción preferente para el autoconsumo a través de energía solar, debido principalmente a que ofrecen una mayor versatilidad, su precio es mucho más competitivo que el de hace años y tiene menores costes de mantenimiento.  

 

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