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¿Qué es una caldera de condensación?

Las calderas de gas condensación son aquellas que aprovechan el calor que se genera al enfriar el vapor de agua que contienen los humos de combustión. De esta manera aprovechamos el poder calorífico que tienen en lugar de dejar que se pierda por la chimenea. 

Posteriormente, el calor recuperado se utiliza para precalentar el agua que está más fría dentro del circuito de calefacción.  

¿Son una buena opción?  

Gracias a su sistema de funcionamiento, las calderas de gas de condensación son la mejor opción para tener en tu hogar. Pero no solo presenta el beneficio de reaprovechar parte del calor utilizado, sino que tiene muchos más.  

Su alta eficiencia energética, hace que consiga rendimientos cercanos al 100% sobre el Poder Calorífico Superior. Esto, en términos entendibles por todos, se refiere a que utilizan todo el calor que producen gracias a su sistema.  

Con todo ello, estas calderas pueden ahorrar el consumo de energía de nuestro hogar entre un 25% y un 30% más que otras que no utilizan esta tecnología. Esto, como es lógico, se traduce en un ahorro económico.  

Además, es importante señalar que contribuyen a cuidar el planeta, ya que reducen el número de emisiones de gases contaminantes hasta en un 65-70%.  

Y por último, pero no menos importante, son más silenciosas que el resto de las calderas. Un detalle que puede tener menos importancia que los anteriores, pero que merece la pena tener en cuenta, sobre todo si tenemos la caldera en el interior de nuestro hogar. 

Instalación de una caldera de condensación  

En cuanto a la instalación de una caldera de gas de condensación, en principio no habría muchos problemas ya que es muy similar a la de una caldera tradicional. A grandes rasgos, solo habría que conectar el desagüe y el tubo de evacuación de humos debe tener una ligera pendiente ascendente, pero esto viene explicado en el manual del fabricante.  

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